Cartas a un joven poeta, párrafo dos,
sección tres
Había
una vez un hombre
que
escribía relatos en los que faltaba tensión
y
una buena historia de fondo
sin
embargo, estaban esos momentos de espera
en
que uno de sus personajes fumaba mirando una ventana
o
se sentaba a esperar en un hospital
o
tomaba un café en un bar y se perdía entre las reflexiones
el
ritmo y el paisaje.
Me
hubiera gustado decirle
que
explorara esos momentos,
que
no importaba ya la historia
que
el tiempo y el clima eran falsos
que
todo resultaba apresurado y tan
poco
convincente
salvo
la dulzura y la crueldad de los objetos.
El
éter
me
hubiera gustado decirle
es
una palabra inexplorada
el
éter es lo contrario del amor
y
tus historias pueden hablar de una pareja que se traiciona
o
de una mujer que envejece y acosa a un joven vecino
o
de la incansable danza
de
los corazones rotos
pero
nosotros somos el éter
somos
la historia del éter
y
estamos escribiendo,
y
nos hemos perdido.